Hugo Chávez llegó al poder con promesas falsas, sus mentiras nadie las puede negar. Son públicas sus declaraciones, cuando los mismos medios de comunicación lo apoyaron durante la campaña presidencial. Dijo muchas cosas; entre ellas, que iba a incentivar a la empresa privada, aseguró que la producción nacional sería prioridad  y se desligó de la etiqueta de “socialista” con determinación. Recordar la entrevista que le hizo Jaime Bayly en 1998, es ver una serie de repuestas increíbles ante los subsiguientes años de su mandato.

Para la fecha electoral, muchos apostaban al golpista de Sabaneta, años atrás la iglesia Católica y diversos sectores de la sociedad pedían su liberación. Y uno se pregunta: ¿un líder mesiánico que supuestamente salvaría al país era la justificación para los cientos de muertos del 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992?, pues pidieron su liberación y Rafael Caldera se la dio en 1994. Hugo, de inmediato dijo que se iba a incorporar a la política venezolana y buscaría los medios – ahora sí constitucionales – para llegar al poder. Exaltado por micrófonos y vestido de liquilique empezaron sus promesas al salir de la cárcel de Yare.

 

130305170435-01-chavez-gallery-0305-horizontal-large-galleryConviene contraponer los elementos que tocan el tema económico, pues es parte fundamental del atolladero histórico en el que se encuentra sumida Venezuela. “Aquí hay un impuesto sumamente inflacionario, el impuesto a las ventas, que es uno de los más altos del mundo (16%), queremos llevarlo a la mitad. Yo no soy socialista, creo que ya el mundo de hoy, la América Latina que viene, requiere un salto adelante, vamos más allá del socialismo, incluso más allá del capitalismo salvaje, como lo llama el Papa Juan Pablo II. Yo creo en un proyecto humanista, integral que mire la globalización desde aquí, desde Venezuela”, contestó Chávez al reconocido periodista.

Cuando Bayly lo increpó sobre su relación con los empresarios venezolanos, dijo que se llevaba bien con ellos y que constantemente se reunía con organizaciones privadas, como  Fedeagro y Fedeindustria. “Estoy explicándoles nuestro proyecto, que es por una parte endógeno. Revitalizar la industria nacional. Yo me llevo muy bien con los empresarios y están muy interesados en el proyecto. Cada día se van bajando los telones… esos que han querido lanzarnos de socialistas, enemigos de la empresa privada. Desde el poder, desde el gobierno vamos a impulsar la industria nacional, la empresa privada, el desarrollo del país en la incorporación al mundo globalizado de hoy”, sentenció el líder de la autodenominada “revolución bolivariana”. Estas palabras, sin duda alguna, quedaron para la historia.

 

CHAVEZYBAYLYPronto empezaría a gobernar un jefe de Estado con un talante autoritario que el país no veía desde la caída de Marcos Pérez Jiménez en 1958. El“exprópiese” se convirtió en parte de una política económica sistemática contra los empresarios venezolanos, con quienes no se negociaron sus propiedades. Por el contrario, fueron prácticamente robados por el Estado, ya que las condiciones y precios los establecía un régimen que se apoderaba de lo ajeno, sin pagar céntimo alguno, con la excusa de declarar lo arrebatado con fin de “utilidad pública”.

Lo cierto es que la misma Ley de Expropiación por Causa de Utilidad Pública o Social (LECUPS) fue violada a placer y sin nadie que le pusiera el cascabel al gato ¡El reinado rojo hacía estragos! De por sí su existencia como tal ya era considerada como un ataque al sector privado productivo, pues ni siquiera se trataba de intervenciones por improductividad, sino por capricho, en muchos de los casos. Un ejemplo emblemático, fue la expropiación del Edificio Francia en el centro de Caracas, justo en los alrededores de la Plaza Bolívar. Chávez le preguntaba a Jorge Rodríguez sobre la propiedad de edificaciones de la zona, quien respondía que eran privadas y que en ellas se encontraban negocios de joyería activos. “En aquella casita que se ve allá vivió Bolívar, recién casado. Esa casita que se ve ahí con dos balcones… y ahí lo que están son unos negocios,¡Exprópiese!”, sentenció.

La LECUPS establece en su artículo 6, que “solamente podrá llevarse a efecto la expropiación de bienes de cualquier naturaleza mediante el cumplimiento”, entre otras cosas, del “justiprecio del bien objeto de la expropiación”, así como el “pago justo y oportuno en dinero efectivo del bien a expropiar y garantía al uso y disfrute de la propiedad”. Más adelante, en su artículo 45 indica que una vez “acordadas las partes en cuanto al precio del bien sobre el cual versa la expropiación o firme el justiprecio, antes de proceder a la ocupación definitiva del bien, el ente expropiante consignará el precio ante el tribunal de la causa para que sea entregado al propietario, a menos que se haga constar que éste ya recibió el pago”.

 

Hugo-Chávez-2Según la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria), entre 2002 y 2013 el gobierno nacional expropió 1.284 empresas. En los datos recopilados por esta organización “se aprecia que 40,5% de las expropiaciones han ocurrido en el área de la construcción y 32,3% en el sector industrial. El resto abarca empresas ligadas al petróleo, al comercio y los servicios, entre otros negocios”, publicó en El Universal, en enero de 2014.

Para 2011, los economistas Richard Obuchi, Bárbara Lira y Anabella Abadi del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA), publicaron el libro “Gestión en rojo”, un estudio de 16 empresas estatales expropiadas, que funcionaban con el modelo productivo socialista ¡Los resultados no fueron nada gratos! Entre sus conclusiones se indica que los objetivos del gobierno no se cumplieron, ¿La razón?: compañías improductivas o paralizadas. En tal sentido, se nombran casos como el de la Industria Venezolana Endógena de Papel (Invepal) o el de la principal cafetalera del país, Fama de América. Otro elemento que no aporta a la economía, según la investigación, es que los productos se venden por debajo del precio del costo, lo que deviene en un subsidio estatal.

Particularmente, añadiría ejemplos emblemáticos como Agroisleña, Cargill, Molinos Nacionales C.A. (Monaca), Owens-Illinois y las haciendas de cañicultores del Valle del Turbio en Lara, solo por nombrar algunas de las más de mil empresas y propiedades víctimas de la feroz política expropiatoria del también autodenominado “socialismo del siglo XXI”, personificado en Hugo Chávez como responsable.

07famadeamerica630JGCabe preguntarse, entonces, ¿Realmente la crisis económica actual se debe a la guerra económica de la empresa privada hacia el Estado? Al observar cómo el régimen de Hugo Chávez destruyó el sistema de producción nacional, solo queda recordar que se cosecha lo que se siembra y Nicolás está recogiendo una cosecha podrida de la cuál él mismo fue y es parte activa.

Así pues, en las medidas económicas anunciadas el 17 de febrero por Maduro o “paquetazo”, tal como lo llamaron por las redes sociales, se evidencia que la línea dura del socialismo devastador de Chávez se mantiene, mientras que la gente sigue haciendo colas a riesgo de ser apuñaleada, tiroteada, golpeada o en el mejor de los casos, robada. La calidad de vida del venezolano merma y el bolívar se desintegra cada día más.

En tales medidas Nicolás no aportó soluciones reales en apoyo a la producción nacional e incentivos a la empresa privada, por el contrario la atacó y aseguró que continuarán su apuesta por la red pública de alimentación, en la cual él mismo reconoció que había corrupción y mal funcionamiento. De ahí, el plan de de “ataque al gorgojo” usado, por cierto, para arremeter contra la mayor empresa de alimentos del país – Alimentos Polar  –, que trata de mantenerse ante las embestidas del régimen.

 Para el ocupante de Miraflores:

  • Los 32 aumentos de sueldos en 17 años son un éxito de la “revolución”, pero no dice que han sido producto de una voraz inflación que ahora nos consume a diario.

  • El subsidio y no la producción, sigue siendo su bandera. Ahora con las tarjetas de misiones socialistas.

  • La inflación de la IV República era “terrible” porque pasaba el 100%, pero la de 2015 (240%, extraoficial, según estima el economista Henkel García), es inducida por los “pelucones”. El 180,9% oficial anunciado por el BCV nadie lo cree cuando va a comprar productos (si los logra encontrar) o pagar los servicios.

  • El aumento de la gasolina ahora sí es justo en 2016, porque antes lo iban a usar como campaña en su contra, según dijo en cadena nacional de radio y televisión… Y para el pueblo, ¿qué es lo justo?

  • Habrá fuentes de empleo porque se destinará parte de los ingresos obtenidos por el aumento de la gasolina a la construcción de obras públicas. Es decir, la trilogía en uno Estado-Gobierno-Partido se mantiene como principal empleador, sin estabilidad alguna.

  • Traer otras monedas y hacer operaciones en yuanes chinos es parte de la solución. Sin comentarios.

  • Los controles siguen siendo necesarios: un sistema de cambio protegido o para desangrar al país por medio de enchufados – ahora a 10 bolívares por dólar – y otro sistema complementario flotante que fluctuará de acuerdo a las reglas de la economía. En otras palabras, como lo afirma Ángel García Banchs de Econométrica, si no le inyectan recursos, va a alcanzar al dólar paralelo.

En mi opinión personal, no se le puede pedir cambio a un sistema que fracasó rotundamente y que el pueblo rechazó el 6 de diciembre. En lo económico, la siembra de Chávez fue la destrucción de la propiedad privada para dar poder a la mencionada trilogía, personificada en él. Ahora Nicolás cosecha lo que ayudó a sembrar, que recoja los frutos podridos que quedan y se vaya.■

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Ricardo Sánchez-Silva

Por Ricardo Sánchez-Silva

Periodista venezolano y creador del Web Show "Ricardo Lo Dice" en YouTube, una mezcla de noticias, investigación, opinión y análisis sin censura.